
Tipos de híbridos
Existen varios tipos de coches híbridos que combinan motores de combustión interna con motores eléctricos para mejorar la eficiencia y reducir las emisiones. Los híbridos convencionales utilizan tanto el motor de gasolina como el eléctrico, alternando entre ellos según las condiciones de conducción. Además, pueden recargarse conectándolos a una toma de corriente externa, permitiéndoles recorrer distancias más largas en modo eléctrico.
Los suaves incorporan un pequeño motor eléctrico para apoyar al motor de gasolina, proporcionando un impulso adicional durante la aceleración y recuperando energía durante la desaceleración. Por último, los de rango extendido utilizan un motor eléctrico como principal fuente de energía, con un motor de gasolina que actúa como generador para cargar la batería cuando es necesario. Así consigue una mayor autonomía eléctrica. Echa un vistazo a qué tipos de motores hay disponibles en la gama Ford de coches nuevos.

Híbridos enchufables
Esta variante funciona con el motor de combustión, gasolina, combinado con una batería eléctrica. Utilizan esta energía renovable y limpia para conseguir unos kilómetros extra. Para obtenerla se necesita un poste de carga específico para almacenarla para más tarde utilizarla en movimiento.
A esto se le suma, que cuenta con otro motor eléctrico, más pequeño, que también almacena electricidad a través del sistema de frenado. Este modelo cuenta con la etiqueta 0, perfecta para entrar en zonas de bajas emisiones como Madrid. Este etiquetado se debe a su sostenibilidad medioambiental y menor dependencia de los combustibles fósiles. Dicho de otra manera, funciona a través de tres motores: uno tradicional, y dos eléctricos.
Híbridos no enchufables
Esta versión dentro de las zonas de bajas emisiones. Su particularidad es el freno regenerativo que consiste en conseguir energía eléctrica a través de la fuerza cinética de los frenos. Cuanto más se presione y más se utilicen, más energía se podrá aprovechar para funciones básicas, como el alumbrado. También permite prolongar la autonomía del vehículo, pero de una modestamente.
Esta versión presenta otra etiqueta distinta: la ECO. Al igual que la 0, tiene una serie de ventajas de circulación y bonificación fiscal y económica, pero en menor medida. Esto se debe a que aun reduciendo la contaminación sigue dependiendo en gran medida de los combustibles fósiles.
¿Cuál es más eficiente?
Comparar la eficiencia entre uno y otro es complejo y depende de varios factores. Los enchufables suelen ser más eficientes en cuanto a combustible y emisiones en trayectos cortos o urbanos, ya que pueden funcionar en modo eléctrico puro durante un rango limitado.
Aunque, en trayectos largos o a velocidades constantes, el motor de combustión interna puede ser más eficiente en los no enchufables, ya que no dependen tanto de la carga de la batería. Además, la eficiencia real depende del uso que se haga del vehículo, la disponibilidad de postes de energía para recargar y la fuente de energía utilizada para generar electricidad.
¿Cuál es menos contaminante?
Para saber cuál es más o menos contaminante de los dos hay que considerar varios factores. Los enchufables, al poder funcionar en modo eléctrico puro durante ciertos trayectos, tienden a ser menos contaminantes en áreas urbanas donde las emisiones locales son preocupantes. Aunque, esto depende de la fuente de electricidad utilizada para cargar la batería. Si proviene de fuentes renovables la contaminación puede será menor.
Por otro lado, los no enchufables pueden ser más contaminantes en términos de emisiones de escape, especialmente en trayectos largos o a altas velocidades, donde el motor de combustión interna está en funcionamiento constante. La comparación exacta depende del ciclo de conducción, la eficiencia del motor y la fuente de energía.

¿Cuál consume menos?
Los enchufables tienden a consumir menos combustible que los no enchufables, especialmente en trayectos cortos o urbanos. Esto se debe a que los primeros pueden funcionar en modo eléctrico puro durante distancias limitadas, lo que reduce significativamente el consumo de combustible y las emisiones.
En cambio, en trayectos más largos o a altas velocidades, donde el motor de combustión interna está en funcionamiento constante, es más eficiente y menos derrochador el segundo. La eficiencia real depende del estilo de conducción, las condiciones del camino y otros factores.
¿Cuál es más económico?
En esta cuestión entran factores como el precio inicial, el gasto de la energía, el mantenimiento, los incentivos fiscales y los precios del combustible. En términos de precio inicial, los no enchufables tienden a ser más económicos que los enchufables debido a la menor complejidad de su sistema de propulsión.
Aunque, los segundos pueden resultar más económicos de operar a largo plazo si se aprovechan los incentivos fiscales y las tarifas eléctricas más bajas para cargar la batería. Además, el menor consumo de combustible y la mayor eficiencia en trayectos cortos pueden traducirse en un gran ahorro del combustible a largo plazo.